La posición geográfica de Austria, al pie de los Alpes, a una latitud relativamente septentrional, bastante alejada de cualquier mar u océano, hace que tenga unos inviernos bastante fríos. Es normal que nieve, y que la nieve quede en el suelo, también en las ciudades, durante uno o dos meses. Es normal pasar días enteros sin que el termómetro suba de los 0ºC.

El frío y el invierno suelen ser dos factores que a menudo asustan a los turistas. Pero la temporada de frío en Austria ofrece razones más que sobradas para abrigarse bien y brindarle una visita:

El Adviento se celebra en Austria de forma bastante prominente. La gran estrella son los mercadillos de Adviento, llamados Adventmarkt, Weihnachtsmarkt, o Christkindlmarkt. En estos mercadillos puede encontrarse de todo: desde los más bellos adornos para el árbol hasta gorros, bufandas, abrigos y pantuflas, sin olvidar por supuesto todo tipo de galletas de Navidad, salchichas, patatas al horno, y una amplia variedad de bebidas, más o menos espirituosas, entre las que el rey indiscutible es el Glühwein, un vino caliente con especias muy recomendable para compensar las bajas temperaturas. Los mercados de Adviento estan abiertos del 24 de noviembre al 24 de diciembre, aunque algunos avariciosos mercaderes los alargan más allá de lo prescrito por la tradición eclesiástica. Casi cada pueblo tiene su mercadillo de Navidad, algunos más de uno. Muy recomendable, y algo distinto, es el de Sankt Wolfgang en el Salzkammergut.