Vale: ya has conseguido comprar la oferta que te traerá a la ciudad de los valses y el Schlagobers (nata montada omnipresente en la cocina austriaca). En dos semanas cogerás tu vuelo hasta Viena ¿Qué verás? ¿Te lo has planteado?Durante los próximos posts intentaremos darte algunas ideas al respecto.No puedes irte de Viena sin ver:

-La catedral de San Esteban: nacida románica y terminada gótica, puede decirse que la catedral de San Esteban (Stephansdom) es el corazón del sentimiento nacional austriaco. En su interior se guardan varias obras de arte históricas que sobrevivieron a los bombardeos de la segunda guerra mundial (que destruyeron gran parte de sus antiguas vidrieras y que obligaron a su reconstrucción en los años 50 del pasado siglo). Es especialmente interesante visitarla en las fiestas anuales de semana santa. Desde una de sus torres, toca la Pummering, la campana más grande de Austria, cuyo sonido lleva a los austriacos hasta el año nuevo cada 31 de diciembre. También resulta muy interesante visitar su museo, y darse una vuelta por la cripta u osario.

-Sin movernos del distrito 1, el Hoffburg, o palacio real, merece, sin duda, una visita: este gigantesco complejo palaciego, hogar durante siglos de los emperadores austriacos, ocupa por derecho propio un lugar entre los sitios de Viena que hay que ver. Sus partes más antiguas datan del siglo XV y las más modernas (el impresionante edificio que da a la Helden Platz) de principios del siglo XX. Alberga, además de los aposentos de los káiseres, la biblioteca nacional (que sobrevivió a un incendio atroz en los años noventa) además de varios museos relacionados con la familia imperial.

-El Ring: la Ringstrasse (o calle-anillo) es una calle monumental que se abrió en el siglo XIX aprovechando el espacio entre la Innerstadt o ciudad interior y el resto de Viena, antaño ocupado por la muralla de la ciudad. En él hay varios edicificios monumentales de los que hablaremos en el siguiente post.