Nos encontramos en pleno corazón de Austria y una de las maravillas que nos encontraremos si viajamos a este mágico país es un palacio realmente hermoso tanto por fuera como por dentro y que guarda muchos tesoros históricos. Me refiero al Palacio de Belvedere. Fue encargado por el príncipe Eugenio de Saboya a Johann Lukas quien lo diseñó y lo construyó. Lo quería para usarla como residencia en verano para estar fuera de los muros de la ciudad.

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Este palacio de Belvedere está a las afueras de Viena ya que este principe que lo encargó quería estar alejados de la gran ciudad y tener la tranquilidad que le brindaba las afueras de Viena. El palacio es un conjunto arquitectónico muy importante en la ciudad y el país ya que constituye unas de las joyas barrocas más importantes de todos los tiempos. Está formado por tres palacios: Belvedere Alto, Bervedere Bajo y Schwarzenberg.


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Tras tres siglos después de su apertura el palacio sigue siendo una de las construcciones más hermosas y que más pueden representar a Viena. Atrae cada año a un gran número de turistas deseosos de conocer a este estupendo monumento de Viena y sigue siendo un atractivo turístico fundamental. Hoy sin embargo los tres palacios ya no se usan como tal ya que el Schwarzenberg hoy día se ha convertido en un suntuoso hotel de lujo y los otros dos palacios son hoy día unos estupendos museos de arte austríaco y de arte barroco.

Sin duda para el visitante es algo muy especial el poder contemplar este palacio con tantos detalles barrocos además de tener en su interior muchos secretos y cosas interesantes. Es una experiencia realmente bonita el poder visitarlos y verlos y hacerles alguna fotografia para el recuerdo ya que son monumentos con mucha historia tanto cultural como arquitectónica de una ciudad como Viena que tiene muchos otros atractivos por descubrir